4. AFILA TUS HERRAMIENTAS


El buen labriego mantiene en perfectas condiciones sus aperos. Cinco son los instrumentos básicos que todo cultivador de plata ha de manejar a su favor.

Son herramientas archiconocidas. Pero sencillamente quien mejor las afile y utilice es quien obtendrá mayor cosecha:

 1- El Poder del Crecimiento Geométrico

No busques el golpe que multiplique por 100 tu dinero. Alcanzarás el verdadero triunfo cuando encuentres una forma de ganar el 1%... que puedas repetir una y otra vez.

Se dice que algo crece exponencial o geométricamente cuando el total aumenta en un porcentaje en cada paso, de forma que cada vez lo ganado es mayor en valor absoluto. 

El crecimiento exponencial es lo natural. Cualquier ser vivo (tú también) empezó con una célula duplicándose cada cierto tiempo. Todas las grandes empresas que dominan hoy el mundo crecieron geométricamente en sus comienzos, reinvirtiendo beneficios en nuevas sucursales y mercados, o con el proceso viral de clientes satisfechos contando las virtudes del producto a sus conocidos (y estos a los suyos y...).

¿Puede mantenerse indefinidamente un crecimiento exponencial? No; en un mundo finito cualquier recurso es limitado. Alcanzado cierto tamaño las empresas y organismos moderan su crecimiento. Ya lo dice el refrán: “Ningún árbol llega hasta el cielo”. Pero si tú todavía no has tocado el cielo, perfila tu forma de ganar el 1% y ¡empieza a multiplicar!

 2- Tu dinero tiene esperanzas

La esperanza matemática nos dice el valor medio o esperado de un proceso aleatorio. Se calcula sumando todos los pares (valor de suceso)*(probabilidad de que se produzca).

Cuando inviertes dinero en algo, tienes una o varias posibilidades de perder (valor negativo = pérdida estimada) y una o varias posibilidades de ganar (valor positivo = ganancia estimada). La esperanza te dice si estás haciendo buen trato.

Ejemplo 1: Te proponen un negocio en que inviertes 1000 euros, si sale bien cobras 5000, y tras estudiarlo a fondo compruebas que la probabilidad real de éxito es del 30%.
  E=(-1000*(70/100))+(4000*(30/100))= +500     ¡Adelante!

      Ejemplo 2: apuestas en una ruleta 1€ a un número. Hay 38 números y si aciertas te pagan 35 veces tu apuesta
  E=(-1*37/38)+35(1/38)=-0.05       ¡Deja de tirar tu dinero!

Jamás muevas tu capital sin preguntarte: ¿Cuánto puedo perder? ¿Qué probabilidad hay de que pierda? ¿Cuánto puedo ganar? ¿Qué probabilidad hay? Y ver si te compensa.

¡Ojo con el orden! Si empiezas pensando en cuánto vas a ganar, estás frito: siempre hay un riesgo de perder lo jugado. Imagínate el caso peor y evalúa: ¿podría soportarlo?

No todo son fríos números, claro. Las probabilidades pueden depender de factores no cuantificables. Los buenos negociantes no firman sus acuerdos calculadora en mano, pero ten por seguro que su cerebro –quizá a nivel subconsciente- procesa mil detalles antes de tomar una decisión.

Olvídate de la suerte. Si tomas riesgos tolerables y juegas una y otra vez con esperanza positiva, nada podrá impedir que a la larga tu dinero crezca como bola de nieve.

 3- No seas necio con el precio 

El Yin-yang del dinero es comprar/vender. Si tú lo estás haciendo a un mal precio, ¿cómo esperas progresar?

Antes de una compra pregúntate: ¿podría conseguirlo más barato? Si la respuesta es SÍ, ¡guarda tu cartera!

Tampoco vendas sin haber pensado: ¿podría sacar más por esto? Si ves que SÍ, ¡guarda tu propiedad!

Nos pasamos la vida negociando, y no solo con dinero: nuestro trabajo, nuestro tiempo, nuestra atención ¿a cambio de qué lo entregamos? Aplica a todo ello las preguntas de arriba y entenderás por qué te va bien o mal en la vida. 

Que no te hipnotice el precio (un número sin alma). Lo importante de cualquier mercancía es el coste y el valor.

COSTE: Pagar 30.000 euros por un coche no le cuesta lo mismo a un millonario que a un obrero. Tampoco vender una bici le cuesta lo mismo a quien la usa a diario que al que tiene otro medio de transporte. Plantéate: ¿Puedo permitírmelo? ¿Hay otra forma mejor de aprovechar ese dinero/propiedad (coste de oportunidad)? ¿Lo hago por uso o para hacer negocio? ¿Los beneficios compensan el gasto? ¿Qué gastos de mantenimiento tiene? ¿Es lo mejor a largo plazo?

VALOR: Algo es valioso por el provecho que da, por lo necesario que es y (solo en tercer lugar) por la dificultad de conseguirlo. Preguntas a hacerte antes de comprar/vender: ¿Cómo de necesario es esto para mí o mis potenciales compradores? ¿Qué provecho dará? ¿Justifica esto el precio? ¿Habrá escasez o abundancia en el futuro? El cultivador inteligente cuida plantas valiosas, no hierbas frondosas. 

Da igual que trates con acciones empresariales, apuestas deportivas, coches o palos de escoba. Atento al precio.

4- Limita pérdidas, deja correr las ganancias

Buenos negocios hay pocos; fallidos, a patadas. Solo quien sobrevive a sus errores puede seguir probando suerte.

Es suicida iniciar transacciones sin antes establecer un límite de pérdidas en el que admitir que te has equivocado y cancelar la jugada. Un cortafuegos que salve parte de tus campos en caso de incendio (que hay mucho pirómano suelto). 

Esto se conoce en bolsa como stop-loss, y es de sentido común en cualquier campo: El festero que sale de casa con poco dinero encima, el ludópata que cancela su tarjeta de crédito, el universitario que decide que dejará el estudio si suspende el primer curso... están procurando no perder demasiado si la cosa se tuerce. Y ejemplos contrarios también conoces, aquellos que arruinaron su vida por resistirse a abandonar una relación o negocio que ya eran claros fracasos.

¡Ojo! Si no puedes permitirte perder, no puedes permitirte jugar. Cada vez que una vocecilla te diga ‘esto no puede salir mal’, recuerda el Titanic. Así que decide antes de empezar cuál será tu límite de pérdidas ¿el 5%, el 10%...? Y acostúmbrate a respetarlo automáticamente, sin caprichos. 

Por otra parte, cuando estés en buena racha ¡deja abiertas las compuertas! Cerrar posiciones por miedo a perder lo ganado te condena a la mediocridad. Mantén el juego con un stop de ganancias; es decir, plantéate que saldrás automáticamente si pierdes tal parte de lo ganado. Te aseguras botín, sin renunciar a seguir sumando. Conforme aumenten los beneficios, protégelos subiendo ese listón de stop.

¿Qué consigues con esto? Supón que aciertas la mitad de las operaciones. Si las que fallas pierdes máximo el 10% y de las buenas sacas en algunas un 5%, en otras un 10% y en alguna un 100%... al final el promedio te va a dar positivo.

 5- Ponte detrás del toro

Al enfrentarte a una persona o entidad que maneja miles de veces más dinero que tú, deberías dar por sentado que:
  1- Tendrá acceso a mejor información.
  2- Podrá torcer el mercado o las reglas a su favor. 
  3- Te aplastará como una cucaracha si le molestas.

El pez pequeño hace bien en no oponerse a los tiburones. Prosperará si se apega a ellos como las lampreas, o si sigue su estela para aprovechar los desperdicios que dejen.

Mira lo que están haciendo las llamadas manos fuertes, los milmillonarios. Imítalos a tu escala. Verás como suelen hacer lo contrario de lo que ellos y sus voceros (medios de comunicación) nos recomiendan a los demás.

Asume que la mayoría somos los borregos, y piensa ¿Dónde está el lobo? Cuando los corderos compran, el lobo les está vendiendo. Cuando el lobo quiere comprar, los asusta para que vendan. Solo prosperarás poniéndote (en) la piel del lobo.

Si demasiados analistas recomiendan algo, sospecha. Si las noticias meten miedo, sé valiente. Si en un casino alguien apuesta 1000€ a rojo, apuesta tú 10€ a negro (juega con la casa). Si el banco quiere venderte un piso, no compres. Imagínate qué apuesta deportiva amañaría la mafia y juega por esa ‘sorpresa’. Diseña productos y servicios para los ricos, que a los pobres ya les venden ellos: no les hagas competencia.

Como todas, esta herramienta puede convertirse en un peligro si la usas inconscientemente. Tan grave es seguir a la manada sin pensar como ir contra la tendencia del mercado ‘porque sí’. Solo la experiencia te da la maestría. 

Para terminar con los animalitos: no seas un torero cabezota, mejor deja que pacientes bueyes tiren de tu carro.





Sitios donde afilar tus aperos:

Busca crecimiento geométrico en youtube: nada como un vídeo impactante para asimilarlo. También en red tienes explicaciones detalladas sobre el tema, por ejemplo Weisstein, Eric W. «Progresión geométrica». Repasa el interés compuesto.

Sobre la esperanza matemática, libros de estadística o en la red: http://estrategiastrading.com/calcular-la-esperanza-matematica-del-sistema-de-trading/ https://es.scribd.com/doc/8595482/Clase-de-Esperanza-Matematica
Libros: Matemática financiera y estadística básica, Xavier Puig
Estadística aplicada a los negocios y la economía. Douglas Lind

El precio justo es siempre una cuestión peliaguda. Para casos concretos sabiendo costes y margenes: http://manueldelgado.com/como-calcular-el-precio-de-venta-coste-margen/
O estos 5 libros:
- Pricing: Nuevas estrategias de precios (J. Jaime Eslava, Ed. Esic)
- Fijando precios para ganar competitividad: Últimas tendencias en política de precios (J. Raju y J. Zhang, Ed. Profit)
- Gestión de precios (E. C. Díez, J. Rondán e I. R. Díaz, Esic)
- Claves para gestionar precio, producto y marca (Belio, Ed. WK)
- Gratis: El futuro de un precio radical (C. Anderson, Tendencias)

Sobre el concepto de Stop Loss aplicado a mercados:
http://www.invertirenbolsa.info/analisis_tecnico/analisis_tecnico_que_son_los_stop_loss.htm
“Margen de Seguridad” de Seth Klarman
"Security Analysis" de Graham&Dodd
Las Cartas de Warren Buffett a sus accionistas

Y en cuanto a seguir al grande contra la multitud: Leones contra gacelas: Manual completo del especulador. J. L. Cárpatos



3. SURCOS


 Prepárate para un cambio radical. No es lo mismo dedicar tu vida a trabajar por un jornal y ‘gastar’ en tu ocio, que ser un granjero entregado con placer al cultivo... que intenta no perder mucho de su valioso tiempo por un sueldo.

 Coge la azada, el arado o el tractor y empieza a trazar en tu tierra surcos fecundos donde las semillas puedan prosperar. En este capítulo te van unas cuantas directrices para ello. Claro, te va a costar; pero si tomas las determinaciones necesarias el futuro te lo agradecerá con montañas de oro.

Haz de ganar dinero el centro de tu vida

Este es el primer surco. No se trata de renunciar a cosas mucho más valiosas como la familia, el amor, la sabiduría... sino de decidir que quieres ese poder material para protegerlas. También puedes como jardinero aficionado hacer que tu capital florezca y dé frutos, pero el dinero masivo solo se entrega a quien se consagra en cuerpo y alma a cuidarlo.

Dormir bien, comer bien. Ejercicio. Vida sana

 Tu campo te necesita vital, no puedes permitirte estar a menos del 100%. Si tienes algún problema crónico de salud, haz lo que debas para controlarlo sin que te suponga estar más pendiente de ello de lo estrictamente necesario.

Cero alcohol, cero tabaco, cero drogas

 Liquida tus vicios. También las aficiones aparentemente inocuas pero improductivas. A partir de ahora solo puede quedar en tu mente espacio para una adicción: hacer dinero.

Deja de perder el tiempo

 ¿Verías la tele si te cobraran 20 euros cada hora que lo haces? Pues mucho más es lo que estás pagando al no dedicar ese tiempo a mejorar. ¿Abandonarías tu trabajo para ir de fiesta con los amigotes? Pues peor es abandonar así la faena diaria que necesitas para superarte. Matar el tiempo es tu ruina. 

Apaga el piloto automático. Concéntrate en lo que haces

 Si te dejas llevar por los impulsos y simplemente reaccionas a lo que te sucede o te ‘pide el cuerpo’, eres un autómata condenado al fracaso. Solo tienen éxito quienes actúan sobre las circunstancias con su atención bien despierta.

Embarca a tu familia

 Ellos son parte de tu vida, que ahora va a ser cultivar dinero. Inclúyelos y hazles saber que necesitarás su apoyo.

Elimina personas tóxicas, reduce tu lista de ‘amigos’

 Tacha de tu vida a los que solo saben pedir y no están cuando los necesitas. Pulgones y otros parásitos no, gracias.

No tengas enemigos

 No malgastes tu energía con rencores. Sencillamente dedícate a lo tuyo y ya se retorcerán los bobos al verte triunfar.

Elige como pareja a quien ame tu parcela

 Si es la persona adecuada, te ayudará a hacer dinero. Si no te ayuda a hacer dinero, no es la persona adecuada. 

Pasa de metafísica

 No pierdas tiempo con el Más Allá cuando hay tanto que hacer aquí al lado. Si crees en Dios, pídele que te ayude sin mucha fanfarria. Por lo demás, deja a las fuerzas sobrenaturales ocuparse de lo suyo y tú céntrate en la materia palpable.

Elimina tu ansiedad por no tener dinero

 ¿Te cuesta cubrir tus gastos? ¡Dios mío, vaya drama! Tienes el mismo problema que el 99% de personas del planeta. Y quizá estás entre los afortunados: ¿comiste ayer? ¿Dormiste bajo techo? Esa ansiedad no es más que tu ego desbocado. Acepta lo que tienes y ocúpate de crear un futuro mejor.

Olvida los prejuicios sobre ganar dinero

 La sociedad nos mete a veces extrañas ideas en el subconsciente. Hay quien ve la obsesión por la riqueza como algo negativo. El dinero es bueno si se utiliza para ayudar a quienes te rodean. Esa es tu intención ¿verdad? Así que cada segundo que dedicas a pensar en ganar pasta eres un santo.

Investiga dónde te metes, o irás directo a la boca del lobo.

Si en una mesa de póker no sabes quién es el primo, es que el primo eres tú. Pues aplícalo a todo: en un negocio donde no eres experto, tú y tu dinero seréis comida para los expertos.

Limita tu campo de negocio a lo que sabes y te apasiona

 No te pongas a vender moda si llevas chándal todo el día. Ni a montar restaurantes si no adoras preparar la cena. Ni a apostar si te aburre investigar a fondo los detalles de cada jugador. Saca las tijeras de podar y corta ya esas ideas absurdas de ganar dinero con algo que ni conoces ni te atrae.

Pon filtros para llegar a ti, físicamente o por teléfono

 Protege tu valioso tiempo de visitantes improductivos.

Evita actuar influenciado por el miedo o la euforia

 No se trata de no sentir emociones (¿de qué te serviría el dinero entonces?) sino de aprender a controlarlas. En los negocios, mente fría; o te llevarás una de tortas que más te valdría olvidar este libro y meterte en un convento, créeme.

Si te va mal ¡No te quejes! Trabaja

 Un adulto capaz lloriqueando es como mie... como miel para las moscas. Atrae a toda la gente tóxica, que solo ven a una persona débil de la que aprovecharse. Si superaste la niñez, simplemente haz lo que tengas que hacer y cambia las cosas.

Si te va bien ¡No te jactes! Trabaja

 Qué placer más inútil fanfarronear de las cosas que hemos logrado. Inútil y peligroso, porque el campesino que canta su gran cosecha atrae a los bandoleros y a los cobradores de impuestos. Alardear de tus logros será un buen epitafio para tu tumba; para continuar vivo, ¡cállate! Y sigue trabajando.

Mantén un firme plan de ahorro/inversión

 Si no ahorras el 10% de tus ingresos, ¿qué haces aquí?

Deja pasar esas oportunidades que se presentan solas

 Las verdaderas oportunidades están ocultas y hay que buscarlas trabajosamente. Un negocio fabuloso que se anuncia, o te cuenta un desconocido, o se te ocurre leyendo un artículo de opinión... es una oportunidad de perder hasta la camisa.

Filtra los datos, quédate con lo útil y comprobado

 Descarta la información que no sea importante para tu negocio. Y de lo que te llega, aprende a distinguir lo confiable de lo inexacto. ¿Hará falta que te lo diga? Los datos que te da ese simpático vendedor sobre el producto que te quiere colocar no son objetivos. Y frecuentemente (¡horror!) son falsos.

Limita el tiempo de exposición

 Nunca expongas tu dinero más tiempo del que puedes operar con frescura. Ante el menor signo de malestar o fatiga, limita o detén las operaciones. No seas como los borrachos que creen ‘controlar’ cuando físicamente no están en condiciones.

Sé fuerte, jamás miserable

 Caerle bien a todos es incompatible con la necesidad de promocionar tu dinero. Pero trata siempre bien a la gente.

Desconfía de lo que te diga tu intuición

 A no ser que sea algo contrario a lo que la mayoría opina y puedas demostrar con datos que es una idea acertada.

La información es siempre buena

 Es muy humano no querer escuchar las malas noticias. Tan humano que te perpetúa en el fracaso. Cuando el negocio no marcha es cuando más tienes que dedicarte a conocer y analizarlo todo. Para cambiarlo o al menos aprender la lección.

Evita regodearte en tus victorias

 El caso contrario al anterior. Tras un éxito, no mastiques una y otra vez los datos de lo bien que lo hiciste. Eso ya solo sirve para alimentar una amiga muy cara... tu vanidad.

Empieza el día con un plan, termínalo con un informe

 Ordena los pasos que tienes que dar en tu jornada. Y comprueba a menudo si estás progresando como pretendes.

Si haces lo que te gusta, el trabajo es vida. Disfrútalo.

 En la granja mis jornadas eran de 12-14 horas frente al ordenador. Trabajadores ocupaban noche y día la planta baja de mi vivienda. Huía de obligaciones sociales. Ni pensar en vacaciones, paraba solo dos días al año (Navidad y Año Nuevo, en que apenas hay apuestas)... y era tremendamente feliz.

 La llave del éxito: Encuentra una ocupación que te dé dinero y al mismo tiempo te apasione. Será tu surco maestro. 







No te agobie la faena de arar aunque parezca demasiado exigente. Tú ve profundizando poco a poco: con cada pasada arrancarás maleza y piedras y verás surgir la buena tierra. 

Para despertar hábitos saludables y reforzar tu voluntad, son magníficos los libros de Paul C. Jagot.

En caso de adicciones algo descontroladas, funciona el Programa de los Doce Pasos que inició Alcoholicos Anónimos y luego se extendió a varios campos.

Innumerables libros y webs te hablan de cómo aprovechar tu tiempo. Recomendables: Organízate Con Eficacia de David Allen y Primero Lo Primero de Stephen R. Covey, o busca en internet las palabras Gestión de Tiempo

Pero nada tan inspirador como una buena película para ponerte las pilas y lanzarte a por tus sueños. Aquí van algunos títulos absolutamente recomendables para emprendedores:

  • Red Social (The Social Network)
  • Éxito a cualquier precio (Glengarry Glen Ross)
  • Los piratas de Silicon Valey (Pirates of Silicon Valley)
  • Ciudadano Kane (Citizen Kane)
  • En busca de la felicidad (The Pursuit of Happyness)
  • Moneyball: El juego de la fortuna (Moneyball)
  • El poder y la avaricia (Wall Street)
  • Jerry Maguire, amor y desafío (Jerry Maguire)
  • Steve Jobs: Una última cosa
  • Negocios arriesgados (Risky Business)
  • Guerras de cerveza (Beer Wars) 
  • El llamado del emprendedor (Call of the Entrepreneur)
  • Coctel (Cocktail)
  • Tommy Boy 
  • El nuevo sueño americano (Boiler Room) 
  • El lobo de Wall Street (Wolf of Wall Street)



2. ZONAS FÉRTILES, ZONAS TÓXICAS


Si hay arenas movedizas, animales venenosos o minas en tu campo, será mejor que lo despejes antes de intentar cultivarlo. Y lo que no puedas eliminar, al menos señalízalo para tenerlo bien claro y que no te dé problemas.

Lo que tienes, lo que sabes, lo que haces... ya puedes ir clasificándolo todo según este simple esquema: 

 - Zona Fértil: Cualquier hábito o característica que te facilita ganar dinero.

 - Zona Tóxica: Cualquier hábito o característica que hace peligrar tu dinero.

FÉRTILES son las amistades y contactos sociales, vida sana, estudio, deporte, aire limpio, habilidades/conocimientos de cualquier tipo, facilidad de cálculo, ser previsor... TÓXICOS serían perder tiempo con TV o internet, vicios, pereza, fobias, enfermedades, complejos, contaminación, ruido, obsesiones, malas compañías... ya tú sabes.

¿Te concentras en pulir tus defectos? Grave error.

Imagina que te dan esta mano de póker: A♥ A♣ 9♦ 5♠ 2♦. No tendría sentido descartar los ases y ‘tratar de fortalecer los puntos débiles’. Pues haz lo mismo en la vida: tira las malas cartas y céntrate en potenciar tus mejores cualidades, eso que sin esfuerzo te aprovecha. Son tus dones los que te harán rico.

Así de simple es la labor del granjero: consiste en promocionar las zonas buenas y cuidarse bien de no alimentar a las malas. Deja que la naturaleza haga el resto.

Recuerda la mayor catástrofe económica de tu vida, ese tropiezo que dejó un buen boquete en tu patrimonio. Da igual si sucedió en un instante o si te desangraste durante años. Apuesto a que al menos uno de estos factores fue protagonista:
- No te controlaste, te dejaste llevar por emociones
- Te metiste en algo que no conocías
- Te asociaste con la persona equivocada

¿Uno de estos puntos causó tu debacle? Porque son nada menos que los Jinetes del Apocalipsis del dinero: Emoción, Ignorancia, Dejadez. (El cuarto jinete, el Poder, te tocó si se trató de un robo del gobierno o de otra mafia menor). 

El problema es que esos enemigos estarán siempre con nosotros. Somos personas: No podemos evitar tener emociones, PERO evita que te dominen. No podemos saberlo todo, PERO no ignores tu ignorancia. No podemos vivir sin confiar en la gente, PERO mantén el control de tus asuntos.

Por último, habitamos una sociedad y siempre habrá alguien más fuerte que tú acechando, PERO vigila el horizonte y procura no llamar mucho la atención.

Si en el caso de más arriba, para explicar tu pérdida de dinero usaste excusas del tipo ‘mala suerte’ o ‘me faltó ayuda’, recapacita. ¿De veras no sabías que podía suceder? ¿No deberías haberte preparado frente a esas eventualidades? La amiga Ignorancia no necesita que la disfraces con máscaras.

Así que, definitivamente, cualquier característica que te ayude a mantener a raya a uno de estos Jinetes constituye una Zona Fértil. Y los factores que los favorezcan (miedo, avaricia, prepotencia, apegos...) son Zonas Tóxicas. Ponles vallas.

Veamos formas de lidiar con cada jinete, del 1 al 4:

1. Tus emociones no entienden de números

No me cansaré de repetírtelo: el autocontrol es vital si quieres que tus campos prosperen. Un segundo de rabia o de miedo puede echar a perder una vida entera de trabajo. 

Es tarea de cada uno aprender a dominarse. Pero la fisiología también hace su papel: estar cansado, hambriento o incómodo predispone al mal humor y a reacciones viscerales. Manejar negocio en esas condiciones es tentar al diablo.

Música suave, ambiente tranquilo, comodidad, evitar interrupciones... Buen invernadero para tus plantitas.

Y ¿qué hay del ‘estrés positivo’? Eso es otra cosa. La comodidad no es para dormirse, sino para evitar perder energía en trivialidades. Solo así mantendrás constante vigilancia, alerta a la liebre de la oportunidad o a la zarpa del peligro. 

Un rato de meditación diaria, o de desconectar con alguna afición sana, ayudará a mantener tus nervios a punto. Por supuesto evita llevarte a horas de trabajo problemas personales y calentamientos de cabeza ajenos. Concentración.

2. Si sabes que no sabes nada, busca quien te pague por ello

Meterse en un negocio sin conocerlo a fondo es suicida, pero la vida es corta y hay que actuar. Encuentra el equilibrio. Si eres novato en algo, empieza arriesgando poco o con números virtuales. No tengas prisa, deja a otros las medallas. Hazte veterano en mil batallas antes de salir de la trinchera.

Selecciona el tema -adecuado a tu capacidad- con el que ganar dinero y céntrate en él hasta dominarlo, olvídate de todo lo demás. Especializarse es la clave del éxito (no te harás rico por tener ‘cultura general’). Ya con tu fábrica de billetes en marcha podrás curiosear otros campos, hasta hallar una idea millonaria atando cosas que nadie había pensado poner juntas.

3. Confianza. Cuánta tragedia griega bajo ese nombre

Quien no sabe delegar siempre será un esclavo. Deja a otros lo que puedan hacer mejor que tú, pero manteniendo siempre el último botón de control: Poner tu vida en sus manos estaría genial... si ellos no tuvieran vida propia que sostener.

No confundas amor y negocios. Contraté una vez para mi empresa a una chica inteligente y capaz con la que estaba saliendo,  equivocando nuestras mutuas expectativas. En un mes la división entera y mi relación estaban igualmente arruinadas... y aún tuve suerte de salvar mis ojos.

Asóciate solo con quien demuestre ser experto en el trabajo a realizar, o al menos aporte valores objetivos (capital, contactos) que compensen la inevitable catástrofe que causará.

Jamás te fíes de una persona sin vicios. Todos tenemos. ¡Qué terrible será el suyo si tanto se esfuerza en ocultarlo!

4. Cumple las normas, conejito. Dijo el lobo

Los caminos están infestados de bandoleros pendientes del tintineo de tus bolsillos. Y peor si vas por medio del monte.

Te van a robar varias veces en la vida. Asúmelo o te destrozará cuando llegue. Si reconoces esta verdad, prepararás las vallas o el botiquín para limitar las pérdidas cuando suceda. 

Cuanto más alto subas en los negocios, peor mafia te encontrarás. Hoy comanda el mundo el resultado de muchas generaciones de selección natural entre los más despiadados.

Atento a un cambio de dimensión del juego. Quizá seas un tiburón feliz y confiado en tu acuario hasta el día que entra un Megalodón. Si hay algo que no se explica o ves a novatos empezar a comportarse como expertos, cierra posiciones y ¡huye! ¡Salva tu alma! Que no te pase como a mí.

Mira a tu alrededor: tu casa, tu ropa, tus cosas. Recuerda los grandes gastos: viajes, fiestas, reformas. Todo eso eran valiosos brotes de dinero ¿lo invertiste bien? Cierto que uno debe disfrutar, tener vida social y crear contactos (eso es también inversión). Pero, en serio: ¿Cuánto tendrías ahora si una parte de aquello lo hubieras dedicado a producir?

Las decisiones que tomas con el dinero en tu mano son de cultivo. Algunos son como una tormenta de pedrisco para su campo y el de los colindantes. Hay decisiones fértiles (protegen y hacen crecer el capital) o tóxicas (lo malgastan).

Hazte siempre la pregunta: esto que adquiero ¿vale más que lo que produciría ese dinero bien invertido? Las etiquetas de precios marcarían cifras astronómicas si reflejaran lo que a veces supone en Coste de Oportunidad al cabo de los años.

Cuando tengas millones podrás dejar de preocuparte por las monedillas sueltas. Mientras esos gastos cotidianos supongan una parte importante de tus ingresos, tu deber es preservarlas para que críen. Sin extremismos pero con firmeza. Aplícate esta norma al nivel que te encuentres (quizá solo te duelan los gastos de más de diez mil euros, o quizá aún tengas que contar céntimos. La actitud es lo importante).

Hay algo crucial que necesitas saber tengas o no capital: tu tiempo es dinero. Cada día te regala unos cuantos esquejes nuevos y tú decides qué hacer con ellos. Usa tu tiempo libre para crecer. Si malgastas tus horas, asesinas tu huerto.

Toma a partir de ahora tus decisiones pensando en el futuro. Recuerda que lo que haces con tu tiempo y tu dinero está fertilizando o intoxicando tu prosperidad. Los buenos hábitos de compra y consumo suponen la diferencia entre riqueza o miseria al cabo de años. Aunque dejes de leerme ahora, si te has dado cuenta de esto ya has cambiado tu vida.



Para interiorizar algunos hábitos que fertilizarán tu dinero, te  recomiendo el delicioso clásico “El hombre más rico de Babilonia” de George S. Clason.

El Jinete de las Emociones puede combatirse con cualquier técnica de meditación o relajación de tipo oriental. Pero no cargues tu mente con teorías extrañas, necesitas el espacio para la práctica de la jardinería. Apártate de cualquiera que use demasiadas palabras con ‘K’.

También pueden servirte libros como “Tus zonas erróneas” de Wayne W Dyer o el fenomenal “Filosofía para la Vida” de Jules Evans

En cuanto a la Ignorancia, ya sabes que se cura con Capacitación. Pero aquí lo importante es conocer en qué puntos eres fuerte para los negocios y cuáles debes descartar. Haz numerosos test de personalidad, de habilidades numéricas y sobre la materia en que te quieres especializar.

La Dejadez es la plaga de nuestros días, nos hemos acostumbrado a que nos lo den todo hecho. Las acampadas al aire libre o deportes de riesgo en solitario son una forma excepcional de forjar tu independencia. Puedes leer el libro “Gente tóxica” de Bernardo Stamateas para conocer cómo lidiar con vampiros.

El Poder es un enemigo menos temible si conoces sus trucos. Para ello recomendable cualquier obra de Mario Puzo (o la trilogía de películas de El Padrino), el casi enciclopédico Las 48 leyes del Poder (R. Greene) o el ameno librito ¿Qué haría Maquiavelo? (Stanley Bing)






1. PREPARANDO EL TERRENO


Este librito te ayudará a multiplicar tus activos, no importa desde donde empieces. Incluso aunque creas que no tienes ‘nada’ que empezar a regar.

Pero no esperes que unas pocas páginas hagan la faena por ti. Pese al título, este no puede ser un manual completo para hacer crecer el dinero. Por varios motivos:


En primer lugar, las formas de invertir el capital son innumerables. Cada una es un mundo en sí misma y ser experto en ella supone dedicarle la vida por entero. Aquí veremos unas cuantas, intentaré darte alguna idea útil sobre ellas asumiendo que ya las conoces. Si son nuevas para ti, sería bárbaro explicártelas en este breve espacio: te remito en cada capítulo a fuentes donde podrás aprender sus fundamentos.


En segundo lugar, nunca habrá un método fijo y seguro de sacar una rentabilidad superior a la media del mercado. De ser así ¿qué pasaría si todos usaran esa técnica? Lo que sí existen son brújulas para orientarte en la selva. Y formas garantizadas de perder que debes aprender a evitar.


Tercer punto: para invertir el dinero de forma provechosa es necesaria una buena base matemática o al menos facilidad para los números; aunque es verdad que algunos suplen su falta de formación con ‘olfato’ y saberhacer tras años de práctica. Si las matemáticas no son lo tuyo, tendrás que mejorar por tu cuenta ese aspecto (de nuevo aquí no cabe) o adquirir esa orientadora veteranía... a base de palos.


Dicho esto, el plan de la obra es claro: repasaremos algunas formas de hacer crecer el dinero, y trataré de aportar en cada tema ideas que la experiencia me ha dado y que espero puedan servir tanto los versados en la materia como a los curiosos que aún están explorando el camino. Al final de cada capítulo señalaré senderos por los que los interesados pueden iniciarse o profundizar en lo tratado.


Si me estás leyendo es porque tienes la ambición de poner al dinero a trabajar para ti. Buscas la famosa “independencia financiera”. Quizá todavía no tengas ni siquiera un pequeño capital que sembrar, así que también dedicaremos algo de tiempo a ver cómo podrías empezar desde cero.


Cuando algún capítulo trate de un tema que no te interesa o que ‘no es lo tuyo’, te lo saltas tranquilamente. A cambio recuerda que en cuanto decidas en qué te vas a especializar, tendrás que hacer deberes por tu cuenta y dedicarte –el resto de tu vida– a ir mejorando esa técnica.


Bueno, tampoco te me asustes. Con ‘dedicarle toda tu vida’ a la técnica me refiero a que siempre tendrás algo que aprender para mejorar la rapidez y/o seguridad con que crezca tu dinero. Pero a partir de cierto punto verás resultados más que satisfactorios, como 2 y 2 son 5.


¿Por dónde empezar? Tu primer deber es estudiar tu situación real y expectativas. De qué dispones. Cuánto estás dispuesto a sacrificarte. Darte un plazo, objetivos. ¿Qué tierra hay? ¿Cuán fértil es? Producción en el pasado, daños e hipotecas que cargan la propiedad, condiciones climáticas (qué semillas funcionarán y cuáles no), tiempo que podrás dedicarle, defectos a corregir, si hay que limpiar algún tóxico peligroso...  Bien, esa es tu parcela, no sirve de nada querer otra diferente. Has de empezar con ese terreno, aprovecharlo al máximo y con lo que saques de las primeras cosechas ya lo irás ampliando.


No es lo mismo una hacienda de miles de hectáreas en un país paradisíaco que una triste maceta en el desierto. Pero recuerda que lo importante es el jardinero, que con lo que se produce cada año se puede ir comprando más terreno, y que hasta en una lata oxidada puede crecer una orquídea única que valga millones. Si el cultivador se pone en serio a la faena, sin duda prosperará.


Tres aspectos determinan el éxito de un productor de dinero. Las tres grandes ‘C’: Capital, Capacitación y Carácter.


Capital: el dinero cría dinero, y como se trata de ganar un porcentaje cuanto más tengas más producirás. Pero créeme: este factor es el menos importante de los 3. De nada sirve tener un dineral si careces del mínimo conocimiento para manejarlo o tu carácter es tan débil que se te escapa por mil agujeros (piensa aquí en esos ganadores de la lotería o exdeportistas que dilapidaron sus enormes fortunas de la noche a la mañana)


Capacitación: el conjunto de conocimientos y habilidades que permiten manejar adecuadamente el dinero y hacerlo crecer. El estudio y la experiencia son la clave. Si de verdad quieres oler los millones, más te vale dedicar tu tiempo a aprender cómo tratarlos. De eso va esta obra. Aunque aún no tengas capital, si sabes cultivar dinero las semillas te buscarán.


Carácter: con mucho, el factor decisivo para hacer dinero es la firmeza de carácter. Cada uno de tus vicios o debilidades es un monstruo devorador de billetes que te ha impedido tener éxito financiero hasta ahora. Si de verdad quieres prosperar, lo primero es examinarte, identificar esas fallas de carácter y declararles guerra a muerte (solo puede quedar uno, o ellos o tu prosperidad: tú eliges). ¿De qué te hablo? Tú sabrás tus pecados (¿pereza, gula, soberbia...?) y tus abismos (¿alguna droga, incluyendo las ‘legales’? ¿Te tira el juego? ¿Podría perderte una aventura sexual?...)


Rasgos de carácter que debes entrenar: objetividad, concentración, voluntad, ambición, propósito, constancia, hábitos saludables (elimina por completo cualquier droga o costumbre que afecte a tu percepción)... etc. Si tu forma de hacer dinero requiere trato con otras personas, habrás de trabajar además temas como liderazgo, empatía, negociación. 


Es fundamental aprender a controlar tus emociones. Perder los nervios en momentos de tensión o reaccionar ante acontecimientos sin un frío análisis destruirá tu cosecha.


¿Todo el mundo puede cultivar dinero? Por supuesto. De hecho todos lo hacemos continuamente, mejor o peor (o pésimamente). Lo importante es ser consciente del punto en que estamos y a partir de ahí ir superándose. 


Examina ahora lo que tienes, tu terreno. Toma tu tiempo y escríbelo en un papel para tener una visión clara: 

- Cuál es tu capital total y tus ingresos/gastos (mensuales y anuales) en la actualidad. 
- Qué expectativas tienes (tu ambición, a qué estarías dispuesto a renunciar por la prosperidad). 
- Con qué capacitación cuentas. ¿Se te dan bien las matemáticas? ¿Qué experiencia posees? ¿De pequeño hacías ya pequeños negocios? ¿En qué campos puedes considerarte experto? ¿Te entusiasma aprender cosas nuevas?...
- Defectos de carácter a pulir. Todos tenemos muchos y lo importante es detectarlos, cuanta más larga hagas la lista más esperanzas tienes de triunfar.
- Puntos fuertes con que cuentas para crecer (tanto de carácter como de relaciones sociales, apoyos familiares, entorno en que vives... etc). 

Esto no es más que el viejo ‘conócete a ti mismo’. Antes de empezar a cultivar observa qué terreno tienes, señaliza sus límites. En el próximo capítulo estudiaremos algo más de cerca esas zonas luminosas y oscuras.


La actitud del jardinero es esencial, por supuesto. Si mira su parcela con amor, si acepta sus limitaciones y se propone sacar lo mejor de ella, veremos surgir de ahí algo bueno y bello. Llegarán lluvias y sequías, buenas noticias y plagas, mercaderes y cobradores de impuestos, todo esto lo asume el amante del cultivo como parte del juego. Si esa es tu actitud al empezar a leer este libro te felicito: te lo vas a pasar pipa en las próximas estaciones.


Para terminar el capítulo, aquí abajo te indico algunos senderos para seguir por tu cuenta en busca de las vitales ‘C’. La faena es tuya.


Bien amiga o amigo del cultivo. Coge la pala y ponte el sombrero de paja. Es hora de empezar la siembra.









Si careces de base matemática, puedes ponerte en marcha con cualquier libro o web a nivel de secundaria (cálculo, probabilidad, estadística...). Los expertos deberían manejar programas avanzados tipo Statgraphics y tratar de aplicar a los mercados ramas como las matemáticas del caos.

En el aspecto del Capital, mantén las antenas desplegadas permanentemente para detectar y atraer el dinero. 

- Leer libros puede darte impulso, grandes clásicos son: “Piense y hágase rico” (Napoleón Hill) o “El vendedor más grande del mundo” (Og Mandino)

- Pregunta, investiga, cómo consiguieron su capital los que ahora conoces que van sobrados.

- Suscríbete a asociaciones, webs y publicaciones de emprendedores. Eso abre puertas al dinero.

La Capacitación es nuestro tema. Iníciate con libros como estos, o como los de R. Kiyosaki. Aprendices de cualquier nivel disfrutarán las obras de grandes granjeros como W. Buffett o A. Kostolany.

Sobre el Carácter, busca material específico de tu debilidad a eliminar. Pide ayuda profesional si solo no puedes.

- La filosofía ayuda a la firmeza interior. Séneca por ejemplo. O el bestseller Más Platón y menos Prozac

-  Lee las biografías de quienes consiguieron nadar en mares de oro, como Bill Gates o Rockefeller 

- Libros y webs de psicología o autoayuda van bien. Pero teoría sin práctica es como maceta sin tierra.

- Por último (un poco de autopublicidad) en mi libro ‘La clave YAM’, de descarga gratuita, te propongo un plan completo para forjar rápido tu carácter.





LA GRANJA

En algún lugar de Alzira hubo una granja Alzicapital

 Yo tenía una granja en Alzira, al pie de la Montañeta. La zona entera es hermosa: una amable villa rodeada de naturaleza y naranjos. El río Xúquer da a la comarca una fertilidad sosegada muy adecuada para el cultivo.

 Pese a ese entorno, el dinero latía inquieto en los monitores. El viento trae sin tregua noticias de lejanas tierras: Londres, Tokio, New York... estremeciendo el mercado local. Y apuestas en Brasil, en Corea, en Turquía... oportunidades en cada bote de balón. La labor no podía descuidarse un minuto: capataces turnándose día y noche en el campus de la cercana Valencia. Ojos siempre vigilantes engordando los esquejes.


 A principio de cada mes, era un placer ver partir a su destino la cosecha. Brillantes y crujientes billetes destinados a mil cuentas diferentes. A familias, a asociaciones, a gente que la recibía como lluvia. Los chicos salían de la granja en coche, en moto, algunos a pie, y echaban de comer enormes brazadas de euros a los bancos en varios kilómetros a la redonda.


 Compartíamos con alegría. El deporte de la villa vivió con nosotros una etapa de oro. Multiplicamos cursos y conferencias para enseñar a la gente a cultivar por sí mismos.


 El volumen crecía y la plantación se desarrollaba feliz. Sin miedo a los depredadores, empezamos a usar servicios bancarios como canales luminosamente rápidos: bastaba un click para abrir las esclusas y esparcir el dorado trigo en la red.


 Grandes ciudades del país se lanzaron a ofrecer los productos de nuestra huerta, muy apreciados por los clientes. Pero la granja mantuvo sus lindes: germinando y creciendo en la oscuridad de Valencia; la brillante cosecha en Alzira.


 El dinero es un cultivo delicado y difícil, requiere atención constante y protegerlo de las plagas que lo acechan. Yo lo sabía, y puse cien vallas alrededor de esos tiernos tallos.


 Pasaron raudas las estaciones, la granja amaneció un día convertida en pequeña hacienda. Y a los dueños de la tierra, nobles caballeros, no les gustan los advenedizos; menos aún si reparten. En algún lugar, un pulgar señaló hacia abajo.


 Cometí los peores errores. No supe preservar mi granja. Sabios amigos me avisaron: “inquietas a los bancos”, “no te acerques a políticos”, “hay hienas y buitres a tu lado”... ni siquiera me fijé en los nubarrones que anticipaban tormenta.


 Cayó rauda la pesadilla. Quemaron mi granja, me encerraron, me prohibieron criar billetes. Y lo que más siento es que con los planteles arrancaron también la esperanza de cientos de familias: los caballos pisotearon sus frutos. 


 Ahora, desterrado y vapuleado, ya no cuento con que me devuelvan mis campos. Demasiado tarde he comprendido la naturaleza del gran juego: la banca siempre gana.


 Pero la vida es continua sorpresa: perdido lo material y mi libertad, aún me ha regalado un tiempo de tregua. Justo será brindar desde este oasis a la salud de nuevos labradores.


 Tú también puedes hacer crecer tu capital, fortalecerlo como un árbol que te dará cobijo mañana. Cualquiera con la suficiente dedicación puede lograrlo. Si actúas con amor de jardinero, tu parcelita prosperará. Quizá este libro te ayude.


 Hoy mi granja es solo cenizas, sí. Pero todavía, en la oscuridad que precede a la noche, la brisa me trae a veces el recuerdo de ese dulce aroma a brotes de dinero.